sábado, 1 de noviembre de 2008


Rapa Nui

Los orígenes del pueblo rapa nui se remontan al siglo V D.C. con la llegada de polinésicos a la Isla de Pascua. Para los habitantes originarios la historia se explica en su mitología y tradición oral. A través de ella se reconoce que el Rey Hotu Matu'a , con más de 100 personas provenientes de islas polinésicas cercanas, fueron los primeros colonizadores.

Si bien esta cultura está ligada a la polinesia, su aislamiento desarrolló singulares sistemas de creencias y construcciones de piedra que no existen en ningún otro lugar del mundo.

La unidad social básica es el hua'ai o familia extensa, compuesta de tres generaciones como mínimo y cuya descendencia es patrilineal. Su lengua es el Vananga Rapa Nui , y su escritura ceremonial, Rongo Rongo , pertenecen a la familia polinésica.

De las antiguas y peculiares expresiones pascuenses, quizás las más vigentes son algunas leyendas, muy escasos cantos de una hermosa polifonía sin acompañamiento instrumental, y los kai-kai , recitados rítmicos que acompañan juegos de figuras geométricas, obtenidas mediante movimientos de un hilo cogido por los dedos y los dientes.

Los rapa nui esculpieron las imágenes de sus antepasados en piedra volcánica, a diferencia de los polinésicos que lo hicieron en madera. Usaron la cantera del volcán Rano Raraku, donde hoy existen unos 70 moai que no fueron terminados.

El estancamiento en la producción de estas esculturas se debe a la crisis interna desatada por disputas de poder y escasez de alimentos en la isla.

Los moai miden en promedio 4 metros de altura. La excepción es el moai Paro , que alcanza los 10 metros y llega a las 85 toneladas de peso. Parte del Ahu Te Pito Kura es la expresión final del megalitismo usado como símbolo del poder político y religioso en las pugnas internas de la sociedad.

Se esculpían directamente en la roca con cinceles de basalto. Una vez terminados eran levantados y deslizados a los pies del volcán con firmes cuerdas vegetales. Luego se trasladados a los diferentes puntos de la isla para ser erguido en el ahu (altar). Ahí el Ariki (rey) presidía un ritual en el que se investía al moai de un poder capaz de proteger al linaje y a la isla. Sólo después de esta ceremonia el monumento recibía sus ojos compuestos de coral blanco y obsidiana, además de un sombrero elaborado con escoria roja, similar al moño teñido de rojo o turbante que usaban los Arikis, como símbolo de su divinidad.

La mayoría de los moai se levantaron en la línea costera. El sitio escogido para levantar un Ahu era sacralizado mediante un ceremonial que incluía una cobertura de tierra roja como base. Este color, en toda la Polinesia, simbolizaba lo sagrado, la guerra, las cosechas, la fecundidad y los sacrificios humanos.

Anualmente representantes de distintos linajes competían por conseguir el primer huevo de la gaviota Manutara que depositaba en una pequeña isla, Motu Nui, frente a Orongo. Quien lo lograra conseguir intacto era nombrado Tangata Manu , que significaba que el vencedor era la reencarnación del propio dios Make Make.

Durante un año, el Tangata Manu y todo su linaje tenían derecho a privilegios económicos, políticos y religiosos, lo que se prestaba para un gobierno despótico y cruel sobre los vencidos. Al siguiente año, estos grupos subyugados intentarían vengarse. El canibalismo se propagó en esta época. Existen múltiples petroglifos que recuerdan al hombre pájaro, con cuerpo humano y cabeza de ave sosteniendo un huevo en sus manos.

La fiesta del año nuevo es la Aringa ora o koro . En ella se celebra el ciclo anual de la vida y está relacionada con la fertilidad y productividad. Se celebraban para el solsticio de invierno.

Para los rapa nui el corte del cordón umbilical, el primer corte de pelo y la postura del primer taparrabo eran objeto de ceremonias. A los ocho años, se realizaba el tatuaje de las piernas.

En la pubertad se realizaban importantes ceremonias de iniciación a la vida adulta. Niños y niñas eran llevados a la isla Hotu Mui para pintarles el cuerpo de rojo y blanco.

Alejados por varios meses de sus familias, los adolescentes aprendían las costumbres, tradiciones, oficios, técnicas de guerra, conocimientos religiosos y juegos de destreza corporal.

Los maestros solían seleccionar a los alumnos talentosos para que se dedicaran a oficios específicos como la escritura, el arte del tatuaje, la artesanía o el oficio de cantero.

Cuando un ser importante de la familia fallecía se envolvía el cuerpo con una tela vegetal y se lo dejaba descomponer al aire libre, junto a un Ahu, por dos años. Luego se sacaban los huesos y se depositaban dentro de una cámara construida en el altar ceremonial. Ahí, el alma del difunto se encontraría con sus antepasados.

Sus familiares recordaban al ser ausente, al menos en cuerpo, con una ceremonia llamada Paina . Era una fiesta ofrecida por los deudos, considerada como un importante acontecimiento social.

Frente al Ahu, que cobijaba al difunto, se instalaba una gran figura, formada de palos y telas vegetales, y provista de una cabeza.

Su lengua pertenece a la rama polinésica de la familia austronésica, conjunto de lenguas habladas desde el sudeste asiático hasta Isla de Pascua. Esta diferencia se debe a que el pueblo Rapa Nui constituye una unidad lingüística y cultural distinta al resto de las etnias del territorio chileno.

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